23.10.09

Diciembre de 2006

Capítulo 1: Viaje

Cada vez que voy a Rosario, siempre trato de encontrarme con un amigo de mi infancia, Leandro Arellano. Somos totalmente opuestos en nuestros estilos, somos tan diferentes que casi nos complementamos. De hecho, Arellano y yo solo tenemos una cosa en común; los dos somos escritores. Pero aún hay otra diferencia, él se especializa en cuentos de terror que salen publicados en una revista local, mientras que yo prefiero contar pequeñas historias de mi vida y compartirlas en internet, aunque tienen repercusiones en otros medios escritos, como diarios sin popularidad y revistas que nadie compra.
Otra de las diferencias que nos distancian es el hecho de que yo estuve casado con la misma mujer por 28 años, mientras que cada vez que me encuentro con él, sale con una mujer diferente -no está mal, considerando que viajo no menos de dos veces al año-. Sus mujeres siempre son parecidas a él, y hay distintos niveles de química dependiendo de la etapa de la relación. Al principio pensé que solo se preocupaba por lo físico, hasta que comencé a enfriarme y me di cuenta que Arellano también quiere tener una relación.
Lo llamé desde mi hotel en la calle Barrios para decirle que había llegado a la ciudad para promocionar mi última novela en una conocida FM de la ciudad, y él inmediatamente me invitó a cenar el día siguiente. Pensé que, como muchas veces antes, sería en su departamento. Otro de sus tantos superlativos, no como yo, él es un excelente cocinero.
- No puedo esperar para verte -me dijo-. Se me ocurrió una idea para una nueva novela y quiero que pruebes el argumento.
- Encantado, -respondí- espero que nos podamos ver mañana a la noche. ¿Te importaría si pregunto...?
- María -no me dejó terminar-.
- María -repetí para que me cuente lo que había pasado-.
- No hay necesidad de que sepas más sobre ella, está a punto de partir. Acabo de conocer a otra, se llama Laura. Es genial, seguro te agradará conocerla.
Sentí que no era el momento apropiado para decirle que todas me habían agradado. Debí preguntar si alguna de ellas vendría a cenar con nosotros.
- Depende de María, no sé si habrá terminado de hacer sus valijas. Si ella se va, entonces Laura vendrá con nosotros. Todavía no pude acostarme con ella, había pensado hacerlo mañana por la noche, pero deberá ser pospuesto -me reí-.
- No te hagas problema, puedo esperar, después de todo voy a estar acá por una semana.
- No, no, de cualquier manera es más importante mostrarte mi novela primero. Entonces, ¿por qué no venís mañana a la tarde a mi departamento? Más o menos a las siete y media estaría bien.
Antes de dejar el hotel, tomé una de las copias de mi libro, -gentileza de otro amigo que no vale la pena nombrar, solo aclarar que lee mi blog y me pregunta si puede imprimir las novelas que le gustan- y escribí en la última hoja: "espero que lo disfrutes".
Arellano vive en uno de esos departamentos pequeños pero bien decorados, típicos de un hombre como él. Calle Mitre al 200, decía el papel que anoté. El portero del edificio parecía cambiar cada vez que viajaba a Rosario, así como sus novias.
El nuevo portero bufó cuando le dije mi nombre, y me dirigió al ascensor más lejano al recibidor. Subí hasta el piso 14, sería muy molesto sufrir un corte de luz y bajar por las escaleras. A medida que me iba acercando a su puerta, ensayaba en mi mente los pequeños diálogos que tendría con María -chau-, y con Laura -hola-. Sentía cada vez más fuerte sus voces, hasta que se convirtieron en gritos. Era obvio que este era el final de María y el comienzo de Laura, y yo estaría muy incómodo si tengo que quedar en el medio de un triángulo de parejas.
Hubiese deseado llegar más tarde, pero ya era demasiado tarde y debí tocar el timbre. Los gritos se detuvieron en un instante. Arellano me abrió la puerta. Su cara estaba llena de expresiones de odio, pero aún así le alcanzaba para disimular una sonrisa, que me recuerda que olvidaba contarles más diferencias. Sus pequeños rulos negros y su físico trabajado enseñan rasgos de sus generaciones anteriores; hijo de un campeón de tenis y de una cantante de raza negra.

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